La tierra que es adecuada para el cultivo se llama tierra
arable .
Aquí hay algunas características de la tierra arable:
* Calidad del suelo: Tiene un suelo fértil que es rico en nutrientes y materia orgánica.
* Topografía: La tierra debe ser relativamente plana o tener pendientes suaves para permitir una fácil plantación, riego y cosecha.
* Clima: Debe tener temperaturas adecuadas y patrones de lluvia para que los cultivos crezcan.
* Disponibilidad de agua: El acceso adecuado al agua para el riego es crucial, especialmente en las regiones más secas.
* drenaje: Un buen drenaje es importante para evitar el anegamiento y la pudrición de la raíz.
* Accesibilidad: Debe ser fácilmente accesible para el transporte de entradas y salidas.
Factores que pueden afectar la idoneidad de la tierra para el cultivo:
* Erosión del suelo: La erosión excesiva puede agotar los nutrientes del suelo y hacerlo inadecuado para la agricultura.
* Salinización: La acumulación de sales en el suelo puede hacer que sea tóxica para las plantas.
* Contaminación: La contaminación de las actividades industriales o la escorrentía agrícola puede contaminar el suelo y el agua.
* Cambio climático: Los cambios en los patrones de temperatura y lluvia pueden afectar los rendimientos de los cultivos y hacer que la tierra sea inadecuada para ciertos cultivos.
Es importante tener en cuenta que la "tierra arable" es un término amplio y los requisitos específicos pueden variar según los cultivos cultivados y las condiciones locales de clima y suelo.