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Ahorre dinero al no sobrealimentar con proteínas

Los mercados de ganado no son lo que eran en los últimos años y muchos productores están reevaluando sus costos de producción para determinar dónde se pueden recortar los gastos. Es un hecho bien establecido que los costos de alimentación constituyen la mayor parte de los gastos del pastor en la mayoría de las operaciones. Por lo tanto, es lógico que reevaluar los costos de alimentación sea un buen punto de partida.

Una vaca gestante y no lactante de 1200 libras requiere alrededor de 10 libras de nutrientes digeribles totales (TDN) y 1.8 libras de proteína cruda por día. Sin embargo, más importante que la proteína cruda es la proteína degradable en el rumen, que es necesaria para que las bacterias en el rumen digieran adecuadamente el forraje que consumen. Las investigaciones realizadas en el Laboratorio Gudmundsen Sandhills indicaron que la vaca necesitaría aproximadamente 0,88 libras de proteína degradable en el rumen al día.

La mayoría de los productores asumen que si el forraje tiene menos del 8% de proteína cruda, entonces se necesita suministrar proteína adicional. Sin embargo, el heno de la pradera que tiene un 6,5 % de proteína cruda, de la cual un 62 % es degradable en el rumen y contiene un 50 % de TDN, cumpliría con los requisitos de esta vaca. Podemos suponer que una vaca de 1200 libras comerá 22 libras de materia seca. Por lo tanto, 22*0,065 =1,43 libras de proteína cruda, pero 1,43*0,62 =0,88 libras de proteína degradable en el rumen, lo que cumple con el requisito. Además, también se suministrarían 10 libras de TDN, lo que también cumpliría con el requisito de energía.

Si un productor tiene 500 vacas y asume que estas vacas necesitan una libra de un suplemento de proteína de $400/tonelada durante 60 días, ese productor podría gastar $6000 innecesarios en dos meses.

Un factor clave para determinar si este forraje de baja calidad podría o no satisfacer las necesidades de la vaca sin suplementos sería si la vaca consumió al menos 22 libras de materia seca. Por lo tanto, la disponibilidad de forraje en una situación de pastoreo debería ser monitoreada cuidadosamente, y el desperdicio debe ser considerado al calcular la cantidad de heno para alimentar. Otro factor clave a tener en cuenta es que a medida que se acerca el parto, las demandas de nutrientes de la vaca aumentan y las necesidades de energía se duplican una vez que comienza la lactancia.

El envío de muestras de forraje a un laboratorio comercial para su análisis permite a los productores tener una mejor idea de qué calidad de forraje está disponible para su rebaño y cuánto alimento suplementario es necesario. El monitoreo cuidadoso de la condición corporal de las vacas también permite a los productores realizar cambios proactivos para complementar los programas según sea necesario. Los educadores y especialistas en extensión de la Universidad de Nebraska están disponibles para ayudar a los productores a equilibrar las raciones para sus rebaños de ganado de carne.

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