Por Ashley Haffey – Ves las plumas sedosas deslizándose en las sombras justo fuera del corral. Tus tripas se hunden hasta el fondo de tu estómago porque sabes que las gallinas están fuera y tu perro también. Para cuando grites ¡No! hay un graznido y una pelea y está sacudiendo violentamente a una gallina en el cuello. La ira llena tus huesos y la tristeza desgarra tu corazón; otra gallina se ha encontrado con su muerte prematura con su perro no entrenado. Pero, ¿hay alguna manera de prevenir es