Fiel a su nombre, esta enfermedad fúngica hace que los cuellos de las cebollas se arruguen y se vuelvan marrones y suaves por dentro. Aunque la infección ocurre mientras las plantas están en el campo, es posible que la enfermedad no se manifieste hasta que los bulbos estén almacenados, cuando aparece un moho gris y polvoriento en la piel exterior seca. La podredumbre del cuello generalmente conduce a otras enfermedades, como la podredumbre blanda, que destruirá los bulbos almacenados.
Las cebollas blancas suelen ser más susceptibles a la pudrición del cuello que las cebollas amarillas o rojas. El clima húmedo y el suelo mal drenado favorecen el desarrollo de esta enfermedad.
Prevención y Control
- Siembra cultivos de la familia de las cebollas en suelos bien drenados. Promueva una buena circulación de aire dando a las plantas suficiente espacio para crecer.
- Proporcione solo la cantidad de fertilizante nitrogenado que las plantas necesitan para mantener un crecimiento saludable.
- Elimine todos los restos de plantas de cebolla del jardín después de la cosecha.
- Deje que las cebollas se sequen completamente antes de guardarlas para que los cuellos estén bien cerrados y no contengan humedad. El hongo no puede propagarse al bulbo si el cuello está completamente seco.
- Almacene las cebollas en condiciones adecuadas (34 grados F y 75 por ciento de humedad relativa).
- Revise mensualmente los bulbos almacenados y destruya los que muestren signos de enfermedad.