La fotosensibilización secundaria ocurre cuando el hígado no puede excretar un metabolito de la clorofila de los forrajes que el animal ha ingerido.
El metabolito se acumula en la piel y se activa con la luz solar. La reacción produce radicales libres que "queman" la epidermis. La piel afectada se arruga, y la superficie puede eventualmente desprenderse. La recuperación puede llevar semanas. Las cicatrices pueden ser obvias después de que se produzca la cicatrización.
Las áreas más afectadas incluyen piel ligera o sin pigmentación, bozal, orejas, conjuntiva, párpados vulva, pezones y ubre. Se produce una secreción acuosa o amarilla de los tejidos alrededor de los ojos. Los pezones pueden volverse sanguinolentos y dolorosos.
La fotosensibilización no es infrecuente en el ganado en raigrás durante la primavera, pero como regla sólo una o dos de cada 100 vacas se ven afectadas.
Caballos y ganado envenenados por las toxinas del hígado en lantana, llamativa crotalaria, senecio y las algas verdiazules también pueden desarrollar fotosensibilización. Lantana es especialmente problemática, porque esta planta ornamental se ha escapado de los jardines y está bien establecida en muchas áreas del estado. Lantana se encuentra a orillas de la mayoría de los canales de las parroquias costeras.
Los forrajes de pastos como las bermudas y los tréboles en los campos bajos pueden volverse tóxicos durante condiciones de humedad prolongadas seguidas de calor, días soleados en primavera y verano.
"Las toxinas probablemente sean de origen fúngico, y, por experiencia previa, parece que el forraje afectado perderá la toxina después de la próxima lluvia, pero el heno cortado cuando el forraje es tóxico seguirá siendo tóxico, "Dr. Steve Nicholson, Veterinario de LSU AgCenter, dijo.
En animales con la condición, hinchazón de la piel no pigmentada, se vuelve rojo, parece que está muy quemada por el sol y se pelará. La piel del hocico y los pezones es especialmente vulnerable, según Nicholson, quien dice que las vacas afectadas pueden no dejar mamar a sus terneros.
Los animales que sufren fotosensibilización necesitan sombra, agua y algo de comer. Debe determinarse la causa del daño hepático.