Escuché que las semillas de apio son notoriamente difíciles de germinar y, efectivamente, la primera vez que lo intenté, fracasé. Ni una sola semilla de apio brotó a la vista. Al año siguiente cambié de método y logré obtener una tasa de germinación impresionante. Pero el trabajo no se detiene allí. Las plántulas de apio crecen lentamente y necesitan mucha atención antes de convertirse en los tallos crujientes y acuosos que todos conocemos y amamos. Entonces, en este artículo, le mostraré cómo